El sábado 28 de abril Rory MacDonald puso en juego el título welter ante Jon Fitch en Bellator 220. La pelea estuvo bastante reñida sin ser espectacular y al final se presentaron la controversia y la duda.
MacDonald partía como el amplio favorito, sin embargo su desempeño fue bastante gris. Jon Fitch impuso la lucha por gran parte de la batalla. Pero aunque consiguió varios derribos, controlar la posición y montar a Rory, no hizo gran cosa en el golpeo a ras de lona.
Los primeros dos rounds transcurrieron básicamente de la misma forma, dominio estéril de Fitch a ras de lona, contra algunos buenos golpes de MacDonald en la pelea de pie. Sería hasta el tercer asalto cuando parecía que las cosas podían tomar rumbo definitivo. Fitch consiguió otro derribo y castigó a Rory, abriéndole una cortada en el rostro. Pero en el cuarto episodio MacDonald conectó un buen golpe que sacudió a Fitch y lo puso a buscar el derribo para sobrevivir.
Entrando al último episodio la moneda parecía estar en el aire. Sin embargo ninguno de los dos mostró mucha ambición para llevarse la victoria. Fitch consiguió otro derribo, pero fue MacDonald quien intentó una sumisión. Al final no prosperó y la pelea terminó tal como transcurrió en su mayoría, con Fitch controlando pero sin hacer daño.
Los jueces vieron la pelea igual de confusa que todos los demás. Las tarjetas fueron 47-47, 47-47 y 48-46 para Fitch, por lo tanto el resultado fue un empate mayoritario. Normalmente un empate mayoritario requeriría una revancha, pero considerando que Rory es el campeón, retuvo el título. Además, como la pelea formó parte del Grand Prix, MacDonald avanzó a la siguiente ronda. Su próximo rival será Neiman Gracie en junio, aunque Rory dejó algunas dudas sobre su futuro durante su entrevista.
Recientemente MacDonald encontró la religión y su comportamiento ha cambiado un poco desde entonces. El propio peleador habló abiertamente sobre el tema y parece no estar seguro de querer seguir peleando.
“Conecté algunos buenos golpes, pero no sé, algo… ahora a veces es difícil jalar el gatillo. Creo que ya no tengo ese asesino dentro de mí. No lo sé. Es difícil de explicar, pero ahora me siento dubitativo. No sé qué decir, no fue mi mejor actuación.
Siento que Dios realmente me ha llamado y, no lo sé. Ha cambiado mi espíritu y mi corazón, y se necesita un tipo especial de espíritu para entrar aquí a lastimar a alguien. No sé si siga teniendo la misma motivación para lastimar personas. No sé que será, pero es confuso. Sé que el Señor tiene algo para mí, él me estaba hablando aquí esta noche y, no lo sé, es un sentimiento diferente.
Tengo que salir y reevaluar, ya veremos qué pasa. Esta noche fue una mezcla de emociones. Conecté algunos buenos golpes, pero algo fue diferente.”