Jon Jones finalizó a Alexander Gustafsson en el tercer round y se convirtió en el campeón de peso semi completo por tercera vez.
Luego de una complicada semana donde volvieron a surgir los fantasmas del dopaje, Jon le recordó al mundo, dentro de la jaula, que es uno de los mejores de la historia.
Jon mostró seguir siendo el mismo atleta que siempre hemos visto en el octágono. Jones mantuvo control de la distancia y evitó que Gustafsson llegara a sentirse cómodo. Las patadas a la base del sueco empezaron a rendir frutos desde el mismo primer asalto. Alexander lucía incómodo al plantar la pierna delantera.
Jones siguió ganando confianza y empezaron a aparecer los codazos, golpes con el hombro y rodillazos desde el clinch. Para el tercer asalto fue evidente que el derribo terminó de quebrar el espíritu de Gustafsson y lo demás fue mero trámite. Jon trabajó con calma a ras de lona, esperando el momento preciso para terminar con el pleito.
Gustafsson no tuvo respuesta para la pelea de piso y momentos después quedaba en una posición muy desfavorable. Jon no tuvo piedad y comenzó a golpearlo hasta forzar la intervención referee. Jones no desperdició un solo instante para lanzar una puya a su enemigo jurado, Daniel Cormier.
“Sé de un tipo que se ha estado llamando doble campeón. Pero, ¿qué tipo simplemente renuncia a su cinturón porque alguien más regresó a casa? Papi está en casa, ‘DC.’ Pruébale a los fans que eres un doble campeón, ven por una probadita. Aquí estoy, ven a recuperar tu cinturón, te voy a estar esperando.”
Jones se mostró contento por dejar claro que es mejor que Gustafsson. La realidad es que Jon se mantuvo en control del combate de principio a fin.
“La primera vez que enfrenté a Alexander me quedé en su alcance de golpeo. Esa fue la principal diferencia, estuve consciente de eso y me mantuve lejos todo el tiempo.”