El inesperado retiro de Khabib Nurmagomedov trae consigo la interrogante de quién será el nuevo campeón de peso ligero de UFC. Pero quizás más importante aún ¿cómo debería decidirse quiénes pelearán por el título vacante?
Sin lugar a dudas la división de peso ligero es actualmente la que más talento tiene. Cualquiera dentro del top 5 (e incluso más abajo) de la categoría sería un digno campeón. La solución más fácil parece aprovechar que hay una revancha entre Dustin Poirier y Conor McGregor planeada para enero. Sin embargo, deportivamente no sería la solución más adecuada.
Una pelea entre el #2 Poirier y el #4 McGregor sin duda es una excelente pelea. Pero no podemos ignorar que ambos fueron sometidos por Khabib. Coronar directamente a alguno de ellos sería casi como quitarle valor al cinturón. Tampoco se puede simplemente hacer a un lado a Justin Gaethje, último campeón interino, y también vencido por Khabib. Mención aparte merece Tony Ferguson quien consiguiera 12 victorias en fila durante sus siete años sin derrota. Aunque fue vapuleado por Gaethje en mayo, ‘El Cucuy’ merece una oportunidad de demostrar que sigue en la élite.
Además de estos cuatro nombres, uno fácilmente podría agregar a la baraja a gente como Dan Hooker, Charles Oliveira y el recién llegado Michael Chandler. Podríamos agregar también a Paul Felder (actual #7 de la división) para completar ocho peleadores. Pero por razones obvias es mucho más fácil y rápido hacer un mini torneo con cuatro peleadores.
UFC no es fan de hacer torneos ya que logísticamente pueden ser complicados. Además, a la promotora no le conviene no tener un campeón mientras se define el torneo. Sin embargo, en esta ocasión, serviría para inyectarle nuevo valor a un cinturón sin dueño.
Con base en los rankings, y para evitar revanchas desde la primera ronda, el torneo podría quedar así:
#1 Justin Gaethje vs. #4 Conor McGregor
#2 Dustin Poirier vs. #3 Tony Ferguson
Los ganadores de esas peleas se enfrentan por el título vacante. Cualquier combinación resultante sería garantía de espectáculo para definir al nuevo campeón. Además, ayudaría a legitimizar los méritos de quien resultara campeón pues sumaría al menos dos victorias en fila dentro de la división.