Luis Felipe Alvim vivió una auténtica historia de ensueño el pasado fin de semana. Llegó como un aficionado buscando boleto para Juiz de Fora Fight 18 y se fue a casa como campeón welter de la promoción, y además, aprovechó la ocasión para pedirle matrimonio a su novia.
Juiz de Fora Fight 18 tenía programado como combate estelar el pleito entre Carlos Eduardo Rufino y Claudinei Kall por el cinturón de las 170 libras. Sin embargo, Rufino no dio el peso. Inicialmente, pese a la molestia, Kall había aceptado proseguir con la pelea. Un día después, momentos antes del inicio del evento, Kall cambió de opinión y decidió no pelear.
Esto abrió la puerta para Alvim, un joven de 22 años que ostenta una cinta negra en muay thai como alumno del peleador de UFC, Felipe Silva, así como una cinta azul en jiu jitsu. Luis Felipe se encontraba con su novia afuera del hotel donde se celebraría el evento, intentando vender brownies para juntar dinero para comprar boletos.
La pareja llegó un poco tarde por lo que ya no había mucha gente afuera. Decidieron olvidar la venta de brownies y terminaron gastando un poco para comprar un par de boletos. Al entrar al hotel, Alvim fue a los vestidores para saludar a su entrenador Felipe Silva y a algunos de sus amigos que pelearían esa noche. Estando ahí, escuchó lo que estaba pasando con la pelea estelar. Sin pensarlo se ofreció como voluntario, pero resultó que Rufino ya tenía oponente.
“Le dije a Felipe Silva que yo pelearía, que brindaría un espectáculo, pero ya habían conseguido otro peleador. Cuarenta minutos antes de la pelea estelar, el tipo se arrepintió así que me ofrecieron la pelea.”
Si bien Alvim tiene 15 peleas de muay thai y unos cuantos torneos de jiu jitsu en su haber, nunca había peleado en MMA. Sin tener otra alternativa disponible, el promotor Valdir Araujo accedió a darle la oportunidad a Luis Felipe Alvim de debutar como profesional en una pelea de campeonato.
Pero no todo fue miel sobre hojuelas para Alvim, ya en la jaula, su oponente lo llevó a la lona y lo hizo sentir como un aficionado antes de que el instinto lo guiara a la victoria. El propio Luis Felipe platicó su experiencia en una entrevista para MMA Fighting.
“Me derribó y conectó algunos golpes fuertes y pensé, ‘mie3da, ¿qué carajos hago aquí?’ Cuando logré encajar el triángulo pensé para mis adentros ‘lo voy a atrapar’. Le pedí a Dios que no dejara que el round terminara y entonces él se rindió.”
Las 1,500 personas presentes en el Gran Victory Hotel estallaron en júbilo y justo después de recibir el cinturón, Alvim le propuso matrimonio a su novia.
Luis Felipe pasó de ser un aficionado haciendo brownies para comprar boletos a ganar el cinturón welter en cuestión de horas.