Dustin Poirier lleva casi una década dentro de UFC y ha evolucionado de ser un entretenido peso pluma, a ser uno de los mejores pesos ligeros del mundo.
Tras consolidar su estatus con una victoria sobre Dan Hooker, Poirier habla sobre la derrota que lo hizo cambiar. Dustin se refiere a UFC 178 cuando fue noqueado por Conor McGregor.
“Definitivamente empecé a cambiar luego de perder con Conor McGregor. Ese fue el comienzo. Ha sido un largo proceso, ser padre, volver a perder, ganar algunas y volver a perder, luego volver a ganar. Ha sido una larga evolución de dejar de importarme tanto el ruido externo y las cosas que no importan.”
Dustin admite que solía darle demasiada importancia a lo que decían de él los fans y los medios.
“Muchas veces en esa época sentía que todo era de vida o muerte. Cada comentario en Instagram y Twitter, cada periodistas que decía algo, sentía que estaban en contra mía. Sentía que si perdía sería el fin de mi carrera. Soy un fracaso si pierdo esta pelea. Luego pierdes algunas veces y te das cuenta que todavía puedes reconstruirte. ‘Todavía puedo proveer para mi famila y sigo amando esto.’ Es como si te doblaras muchas veces pero sin romperte. Siento que eso me hizo más fuerte y me hizo el hombre que soy ahora. Soy feliz, genuinamente feliz.”
Esa felicidad todavía podría ser más grande. Dustin no pierde de vista el título de las 155 libras, aunque admite no tener prisa en lo que resta del año.
“Me voy a tomar un tiempo para dejar que mi cuerpo sane. La próxima semana voy a tomar unas pequeñas vacaciones con mi familia aquí mismo en Florida. Asolearnos, dejar que mi mente se relaje. Creo que me acaban de subir en los rankings. Quiero ser campeón indiscutido, pero ya veremos cuándo me llama UFC y a ver qué pasa.”