Michael Chiesa estaba enterado de esa llave potencialmente mortal que explicó Josh Fabia, coach de Diego Sanchez. Antes de entrar a la jaula con Diego en UFC 239, Chiesa había sido informado del tema y le pareció absolutamente ridículo.
Chiesa admite haber estado esperando cosas inusuales el día de la pelea. Pero jamás pensó que fuera a ser algo tan bizarro como quemar incienso, echarse pimienta y hablar sobre una llave mortal.
“Ya había cosas raras durante la semana de la pelea, asumí que esa noche también sería un poco extraña. Entonces alguien vino al vestidor y me dijo, ‘oye, tenemos que decirte, se habla de una loca sumisión mortal que quiere intentar contigo.'”
Como reportamos anteriormente, Fabia advirtió a la comisión y a UFC que Michael podría morir esa noche. Por lo tanto, consideraron pertinente advertirle a Chiesa sobre el movimiento.
“Me dieron una demostración de cómo era y de inmediato me empecé a reír. O sea, si crees por un momento que vas a hacer un Stone Cold Stunner invertido en una pelea de MMA de alto nivel, estás jodidamente loco. Perdonen mi lenguaje, pero eso es lo que era. Nos empezamos a reír, era demasiado gracioso.”
Chiesa señaló que al mismo tiempo escuchó las demás cosas que estaban sucediendo en el camerino de Sanchez.
“También escuchamos que estaba quemando incienso y otras cosas. Amigo, es como si te estuvieras preparando para ir a una clase de yoga o algo así. Estoy a punto de darte una paliza y tú estás intentando resolver cómo hacer esos movimientos afeminados, metiéndote aceites de té en la nariz, o lo que sea que eso haya sido.”
Chiesa dominó la pelea de principio a fin para conseguir un aplastante 30-26 en las tres tarjetas de los jueces. Michael asegura no querer ofender a Sanchez y a Fabia, pero le gustaría que sumaran otros entrenadores al equipo.
“No le quiero faltar al respeto. El tipo tiene algo en particular que hace muy bien, pero realmente me gustaría que pudiéramos ver a Diego con un entrenador de boxeo y un par de tipos más.”