El jueves se anunció que Alexa Grasso quedaba fuera de la pelea ante Angela Hill del 25 de agosto por lesión. De momento no se conocían más detalles, hasta que la propia mexicana explicó su lesión.
La lesión se presentó durante una sesión de entrenamiento la semana pasada. Alexa explicó el momento en que sufrió una ruptura parcial de ligamento que le impide entrenar durante tres semanas.
“Estaba entrenando e intenté un derribo que terminó en scramble y luego en 50-50. Salí de esa posición demasiado rápido forzando la rodilla y escuché un ‘crack.’ Me detuve de inmediato, estiré la pierna y no podía moverla. Me dolía mucho, se inflamó bastante y me salió un moretón en la parte trasera de la pierna. Ahí fue cuando supe que algo no estaba bien. Al día siguiente fui al doctor a hacerme estudios, también consulté a otros doctores y todos concluyeron que mi ligamento estaba dañado.”
Como es normal en ese tipo de lesiones, no se puede concluir nada hasta que disminuya la inflamación. Por lo tanto Alexa tuvo que esperar algunos días antes de regresar para saber la gravedad de la lesión.
“Me dijeron que no la moviera durante tres días, así que me quedé en casa poniéndome hielo. El dolor empezó a disminuir, pero todavía no podía doblarla ni estirarla. Después de tres días regresé con el doctor y me dijeron que sanaría con terapia física y es lo que he estado haciendo.”
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Afortunadamente la lesión no requiere cirugía. Sin embargo Alexa tendrá que pasar tres semanas de rehabilitación, sin poder entrenar. Por lo tanto, tuvo que renunciar a la pelea en Lincoln, Nebraska del 25 de agosto.
“Realmente quería pelear con ella. Lo que yo quería era mover la pelea a otro evento. Sé que hay uno en Rusia, otro en Sao Paulo, me hubiera gustado que UFC la reprogramara en vez de cancelarla. Pero tienen un calendario que cuidar y prefirieron buscar un remplazo en lugar de mover la pelea. Ni hablar, eso está fuera de mis manos.”
Esperemos que la rehabilitación sea exitosa y pronto podamos volver a ver a Alexa pisar el octágono.
