Jeremy Stephens noqueó de manera espectacular a Josh Emmett, pero la controversia le quitó brillo a su victoria. El equipo de Josh Emmett afirmó que apelarían el resultado debido a un rodillazo ilegal de Stephens.
Después de la pelea, Jeremy Stephens explicó que no importaba si golpeó la cabeza de Emmett o no. Stephens indicó que el réferi (Dan Miragliotta) le dijo antes de la pelea que se aplicarían las nuevas reglas unificadas.
“Dan Miragliotta vino al vestidor antes de la pelea. Dijo que este estado en particular se apega a las nuevas reglas. Dijo que si había dos manos en la lona, podía levantarle una y lanzar un rodillazo.”
Armado con el conocimiento, Jeremy aseguró haber lanzado el rodillazo intencionalmente, sabiendo que era legal.
“Cuando lo sacudí, esperé una oportunidad para lanzar la rodilla. No fue al calor del momento o que tirara cualquier cosa, no soy un peleador sucio. Nunca lo he sido. Soy un asesino, busqué terminarlo, pero lo hago profesionalmente. Levantó su mano, lancé la rodilla pero no sentí que conectara, y eso no fue lo que lo terminó. Si Miragliotta hubiera pensado que era ilegal, pudo haber parado la pelea. Ese no es mi trabajo, en este estado esas son las reglas. Es lo que es. Aproveché la oportunidad, yo entreno buscando acabar la pelea, eso es lo que hago.”
Dejando a un lado la controversia, Stephens se enfocó en el mensaje que mandó a UFC dentro del octágono. Tercera victoria consecutiva, dos en eventos estelares y las dos por KO. Con 28 peleas a cuestas dentro del octágono de UFC, Jeremy Stephens parece vivir su mejor momento.
“Lo que sabía es que quería hacer una declaración esta noche. Muchos entran y ganan por decisión. A Dana le gusta mi estilo de pelea, le gusta ver noqueadores. Peleé en enero y noqueé, estoy de regreso cinco semanas después y noqueé a otro tipo. Esa es mi declaración. Yo hago declaraciones. Yo no hablo basura, hago declaraciones. Punto.”
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