Por fin se acabó, la pelea entre Floyd Mayweather y Conor McGregor se llevó a cabo el 26 de agosto en la Arena T-Mobile y sucedió lo esperado. Floyd se quedó con la victoria, Conor ganó un poco de respeto de la comunidad boxística y ambos peleadores se embolsaron una obscena cantidad de dinero por poco menos de media hora de una pelea entretenida.
Se sabía que la calidad de la pelea no sería la óptima por lo que nos conformábamos con un poco de espectáculo y un pleito entretenido. No podremos quejarnos, fue exactamente lo que recibimos, un poco de comida chatarra. Se disfruta al momento, no deja sustancia pero cumple su cometido y nos deja saciados.
Algo digno de mencionar es que a diferencia de sus antecesoras, Ali vs. Inoki, y Couture vs. Toney, esta pelea entre disciplinas diferentes no fue ridículamente dispareja. Se podría incluso decir que estuvo más cerrada de lo que uno podría esperar.
Estuvo muy lejos de ser la mejor pelea en la historia del boxeo, sin lugar a dudas, pero nadie realmente podía esperar que lo fuera. De hecho, si comparamos el sabor de boca que nos dejó, contra el de cualquier otra pelea reciente de Floyd Mayweather (especialmente vs. Pacquiao), sin lugar a dudas tenemos que admitir que no hubo ninguna decepción y nadie se aburrió.
Fue una buena distracción, pero no dejará nada memorable para los espectadores. Fue una pelea de exhibición que cumplió con su objetivo de entretener a la gente. Traspasó las barreras de una pelea y se volvió en un suceso de cultural popular. Fue una de esas ocasiones en que incluso la gente que no sigue el boxeo ni las MMA estuvieron activos en Facebook y Twitter hablando sobre la pelea.
Es muy pronto para saber cómo recordaremos esta pelea en el futuro, pero lo que hay que reconocer es que demostró que este tipo de eventos son posibles sin terminar en desastre. El concepto de una pelea entre boxeo y MMA sonaba ilógico e improbable, pero tras lo que vimos el sábado no hay que descartar que sea algo que se repita.
Cuando algo funciona y genera dinero para los involucrados, a veces la calidad pasa a segundo término. Quizás sea solo cuestión de tiempo antes de que veamos otro combate de este tipo. Podríamos haber presenciado el inicio de una nueva era el pasado sábado 26 de agosto.
