Mientras Bellator se prepara para la cartelera más importante de su historia este fin de semana, UFC continúa en el camino de la incertidumbre bajo su nueva administración. 2017 no ha sido el mejor año para la promoción más importante del mundo. Con la nueva administración han llegado decisiones que han sido muy cuestionadas y han generado incluso la salida de peleadores importantes, y la molestia de muchos otros que permanecen en la empresa.
Incluso con algunas peleas de grandes nombres en el horizonte, el cierre de año luce un tanto complicado. La mayor estrella mediática del UFC, Conor McGregor, podría nunca volver a pisar el octágono tras cobrar una fortuna por enfrentar a Floyd Mayweather en agosto. Pero esa no es razón suficiente para decir que UFC vendrá a menos, hay varias razones para creer que la nueva administración terminará siendo su propia ruina. Repasemos brevemente:
1. Las tácticas de negociación de Dana White:
Es innegable que Dana White ha sido pieza clave para el crecimiento de UFC a lo que es hoy en día. Sin embargo los tiempos han cambiado, y en la medida que el deporte ha crecido se ha vuelto más complicado obligar a los peleadores a seguir aceptando pagos raquíticos. Cada vez es más común escuchar a algún peleador atacar abiertamente a Dana y mostrar su descontento con el trato que reciben. Si la empresa vale $4,200 millones de dólares, es absurdo que un campeón dominante como Demetrious Johnson nunca haya cobrado ni siquiera un millón. Los peleadores ya no van a aceptar las migajas que ofrece UFC sabiendo lo que valen realmente. Pese a que no han logrado organizarse debidamente, queda claro que la estrategia de intimidación de White ya no asusta a ningún peleador reconocido.
2. Falta de visión
Quizás el error más obvio de los nuevos dueños de UFC ha sido su flagrante carencia de visión este año. Es cierto, UFC cerró fuerte el 2016 con tres carteleras estelarizadas por McGregor y el publicitado “regreso” de Ronda Rousey.
Las dos peleas entre McGregor y Diaz arrojaron números millonarios que prepararon todo para UFC 205 en Nueva York. El regreso de Rousey fue suficiente para mover masas al cierre del año. Pero después de montar carteleras espectaculares con múltiples peleas de campeonato, el inicio de 2017 se quedó sin campeones disponibles para pelear. Por si fuera poco, Ronda Rousey probablemente esté retirada y Conor McGregor volverá a finales del año -si es que regresa.
Los números vienen a la baja a pesar de que los demás peleadores han hecho bien su trabajo. Simplemente no hay estrellas fulgurantes que atraigan la atención masiva que los nuevos dueños necesitan para recuperar su inversión.
3. Eliminación de patrocinios:
Uno de los puntos más controversiales fue la imposición de uniformes Reebok. Los peleadores ahora están obligados a vestir prendas de la marca durante la semana de la pelea así como para subir al octágono. Esto significó pérdidas millonarias para los peleadores que tuvieron que renunciar a sus patrocinios. El pago que reciben de Reebok por cada pelea es ridículo comparado con lo que recibían antes. La diferencia es tan grande que varios peleadores han optado por irse a Bellator y maximizar su ingreso por combate.
El tema ha servido incluso para matizar lo difícil que es ser profesional para un peleador novato. Algunos peleadores han manifestado que sin los patrocinios no les alcanza para hacer el campamento necesario para un combate. El sistema opresor que ha creado UFC podría terminar costándole perder más peleadores en el futuro cercano.
4. Las “peleas millonarias”
Una irritante tendencia en el UFC hoy en día son las llamadas peleas millonarias donde un campeón defiende su cinturón contra un peleador popular y no contra el contendiente número uno. Lo hemos visto en repetidas ocasiones, siendo el caso más sonado la pelea de Conor McGregor por el título ligero ante Eddie Alvarez. Esta vorágine comenzó con el propio McGregor que consiguió la pelea titular estando muy lejos de ser el contendiente número uno y sin haber enfrentado a peleadores en el top 5 de peso pluma.
Los números de PPV respaldaron a McGregor y UFC gustosamente accedió a casi todos sus caprichos. Provocando que peleadores como Michael Bisping y Tyron Woodley abiertamente declararan que no querían enfrentar al contendiente número uno de sus divisiones. Esto a su vez, ha dado pie al siguiente problema en nuestra lista.
5. Títulos interinos
Un cinturón de UFC se ha vuelto tan fácil de conseguir que poco falta para poder ganarlo en una rifa. Debido a que los campeones pelean contra quién quieren, UFC se ha visto obligada a crear títulos interinos a diestra y siniestra solo para justificar la venta de un PPV. El triste caso de la pelea entre Germaine de Randamie y Holly Holm podría incluso entrar en esta lista. Pese a que fue pelea por el título indiscutido, siempre fue evidente que era solo un boleto para enfrentar a Cyborg por el trono.
La tendencia sigue y no parece que vaya a desaparecer pronto. Es cuestión de tiempo antes de que hagan algo similar para la abandonada división de peso ligero mientras se decide qué pasa con McGregor. Por lo pronto el próximo 8 de julio tendremos un campeón interino más cuando Yoel Romero se enfrente a Robert Whittaker por el cetro de peso medio en UFC 213.
6. Sueldos de los peleadores
El origen de los problemas centrales de UFC hoy en día radica en lo desproporcionado de sus sueldos. La opinión general de los peleadores es que reciben un pago escandalosamente bajo y no reciben prestaciones como empleados. Gente como Al Iaquinta, T.J. Dillashaw, Mark Hunt, Gegard Mousasi y muchos otros se ha manifestado pidiendo salarios más equitativos y mejores compensaciones.
Y no son solo los peleadores, en general la opinión respecto a los nuevos dueños de UFC es negativa. Se han visto como una corporación desalmada que ha despedido gente en todos los niveles sin tentarse el corazón. Personalidades como ‘Stitch’ Durán o recientemente Mike Goldberg han salido por la puerta de atrás pese a sus años de servicio. Por si fuera poco, el reciente Retiro para Atletas fue más una experiencia que dejó en manifiesto lo poco que saben los dueños, o lo poco que le importan, los actuales problemas que padecen sus peleadores.
Por su parte, Bellator MMA está aprovechando cada error de UFC para engrosar sus filas con talento de calidad. La tendencia probablemente continúe mientras UFC siga intentando forzar a sus peleadores a firmar contratos desfavorables, y no poder aspirar a campeonatos solo con base en sus méritos deportivos.
¿Será esto el principio de la caída de UFC?